martes, 26 de julio de 2011

Contestando a COELLO - Buscando a NINO


Sr. Coello, para entrar a La Manga viniendo del otro lado de los puertos, lo mejor es acceder por el pasadizo secreto que va directo desde San Javier al Paquebote. Realmente es un disparate, tanto para los que vienen desde arriba, como para los que van desde abajo. Al final, todos se encuentran en el mismo semaforo. Pero aquellos tiempos, hace ya 30 y.... años, cuando mi tío llevaba el cine de La Manga y el autubús no entraba ni al principio y se quedaba en Playa Honda, ya no volverán y habrá que acostumbrarse a las largas colas. Por cierto, hoy es su Santo, "FELICIDADES a todos los Joaquines y Anas."


Joaquín Botí y María Martínez

Respecto a las medusas, eso tiene una solución más sencilla, si uno se quiere dar un baño en el mar menor, solo tiene que buscar a la típica señora mayor, que se levanta a las 7 de la mañana, y con el salabre del nieto saca más medusas  por hora que 4 pesqueros japoneses juntos.
Pues bien yo la he encontrado, y además, un poco más tarde va la nieta a echarle una mano, con lo cual esta mañana me he dado un baño estupendo en la playa que está a la altura de la Plaza Bohemia, en la escuela de vela, en donde además me he tomado una cerveza bien fria, eso sí, sin la  compañía de Nino Solana, que no hay quien lo encuentre, ni en Cartagena, ni en La Manga ni debajo del agua.
¿lo habrá cazado la abuela con el salabre?
FELIZ VERANO A TODOS
PD. si alguíén se está ahogando que no pida auxilio, que hay mucho socorrista vasco novatillo por hay suelto :-) 

martes, 19 de julio de 2011

Ahora si, Ahora no

Os dejo con una letra de Aute que el CBC97 le dedica a Nino Solana.
 
Fue toda una vida entre muerto y muerto intentando respirar,
toda una vida que nos fueron matando  haciéndonos callar.

Qué difícil es ahora cuando ya es al fin la hora de empezar
 fin y principio son una misma cosa y es cosa de empezar.

Ahora sí, ahora no,
ahora es un instante dentro de un reloj.
Ahora sí, ahora no,
mañana es tarde, hoy es pronto y ayer pasó.

A las frases hechas y palabras grandes que prometen libertad,
hay que temer como se teme al espejo que oculta una mitad.

Son quizá los años que no en vano pasan desnudando la verdad,
quienes han hecho que la fe en las palabras perdiera identidad.